Enero está sobre nosotros, y con él llega un primer avistamiento de los lobos del mercado de fichajes. Asoman sus cabezas por primera vez desde agosto, a sabiendas de que las presas más jugosas son difíciles de conseguir en invierno, pero intentan estar atentos por si acaso. En busca de las estrellas del futuro, no pueden darse el lujo de llegar tarde a la cacería.

Para la mayoría de los equipos que se encuentran fuera de carrera en la persecución de Erling Haaland o Kylian Mbappé, existe un subgrupo de jóvenes delanteros en el que se desviará su atención. Junto con los estilos de Dušan Vlahović y Jonathan David, Alexander Isak de la Real Sociedad forma parte de una división de delanteros sub-23 que han jugado en una de las cinco principales ligas europeas y han mostrado ciertos niveles de acierto en las recientes temporadas. De alguna forma, la pugna por este subgrupo de atacantes puede ser aún más feroz que la lotería Haaland/Mbappé, una que podría reducirse a un duelo entre solo dos clubes. Un futbolista como Alexander Isak, mientras tanto, podría recibir múltiples propuestas de ligas de primera categoría.

Entonces, ¿cómo se colocó Isak al frente de la carrera armamentista por delanteros del fútbol europeo?

La respuesta rápida es que el sueco ha marcado 40 goles (que no fueron de penalti) entre todas las competiciones de clubes desde el inicio de la campaña 2019-20. Entre los jugadores que tienen actualmente 23 años de edad o menos, su registro solo lo superan Mbappé y Haaland en este período de tiempo en las principales cinco ligas europeas. En comparación con las alternativas en ese escalafón de ‘lo siguiente mejor’, Isak ha anotado más veces en total y registra un mejor promedio por 90 minutos (0.54) de goles que no fueron marcados de penalti que Vlahović (0.47) o David (0.45), durante las últimas tres campañas a nivel de clubes.

Aunque sus registros han sido impresionantes, los números goleadores de Isak solo cubren la capa más superficial del interés generado alrededor de él. El joven de 22 años tiene un perfil único, no solo en comparación con Vlahović y David, sino también en Europa en general entre los de su puesto.

De 1.92 metros según la web de la Real Sociedad, la altura de Isak podría generar nociones de un delantero referencia para los poco conocedores. Sin embargo, la realidad es que Isak es uno de los atacantes con mayor movilidad en Europa, tanto en agilidad general como en habilidad para regatear como un extremo. Ver a Isak moverse con balón, dado su estatura física, equivale a ver a la superestrella de la NBA, Kevin Durant, driblar con un balón de baloncesto; esa rara combinación entre ser un larguirucho y tener las habilidades técnicas que normalmente son exclusivas de jugadores de baja estatura.

El sueco promedia 13.2 intentos de regate por cada 100 toques de balón esta temporada en LaLiga –  el mayor ratio para cualquier delantero que haya disputado al menos 500 minutos en la competición, colocándose también en el percentil 99 entre todos los jugadores de las cinco principales ligas europeas. Resulta simbólico para el juego de Isak el hecho de que comparta la parte alta de este ránking con una gran cantidad de los extremos más dinámicos de Europa. La suya es una escuela de la que toma prestado regularmente durante su trabajo diario como el ‘9’ de la Real Sociedad.

“El entrenador quiere que sea un delantero moderno, que presione mucho y trabaje duro sin balón, y luego una vez que lo tenemos no haya límites”, dijo Isak en una entrevista a The Independent el año pasado. “Me he vuelto más peligroso en los espacios. La gente siempre contará los goles, yo quiero marcar, pero quiero ser un delantero modeno. Amo jugar al fútbol y eso significa estar lo más involucrado possible”.

Esta mezcla de resultados en un tipo de delantero no es muy diferente al estilo con el que Thierry Henry aterrorizó a la Premier League durante la década de los 2000. Al igual que el francés, Isak se siente más cómodo cuando se está moviendo y combina su movilidad clásica dentro del área con desmarques hacia los costados para atraer a los defensas a duelos que preferirían no tener. Sea en una carrera de pura velocidad o enfrentándoles con un regate, Isak tiene la habilidad suficiente para vencer a los laterales y la rapidez para superar a la mayoría de los centrales. Cuando busca recibir a la carrera en profundidad, la aceleración de Isak puede causar estragos a rivales desorganizados.

Entre los delanteros que han disputado al menos 3000 minutos desde el inicio de la temporada 2019-20, Isak se encuentra en el top-10 de las principales cinco ligas europeas en cuanto a distancia promedio por traslado de balón (13.1 metros). A pesar de ser una métrica que normalmente favorece a aquellos que juegan al contraataque, con más espacios por recorrer – la Real Sociedad es el cuerto equipo de LaLiga en cuanto a posesión promedio durante este período (55%) – el sueco igual figura como uno de los jugadores más efectivos en abarcar campo con el balón bajo su control.

A pesar de ser notablemente alto, la explosion de Isak en LaLiga se ha debido muy poco al juego tradicional de un delantero de referencia. Solo cuatro de sus 40 goles no penaltis con la Real Sociedad han sido de cabeza, ganando apenas el 37% de sus duelos aéreos en su carrera en LaLiga (promedio 3.8 duelos aéreos cada 90 minutos). Si se canaliza de forma correcta, Isak podría convertirse en una amenaza aérea dentro del área, dado su altura y su físico, pero esto no ha sido parte fundamental de su juego hasta la fecha. Ahí radica un prospecto intrigante: ¿Qué sería de él si pudiera desarrollar rasgos de delantero referencial que vayan de la mano con su candente dinamismo?

Isak no necesita convertirse en un portento físico o desarrollar maneras tradicionales en el frente de ataque – ha sido suficientemente efectivo sin ello – pero el hecho de que haya espacio para expandir aún más sus atributos resulta lucrativo desde la perspectiva del mercado. Con su altura y con apenas 22 años de edad, registrando un gol cada dos partidos con la Real Sociedad y mostrando una mezcla única de atributos físicos y técnicos, el conjunto txuri-urdin puede sacar provecho de que a pesar de todo, el juego de Isak sigue en un estado de construcción.

Hablando para el programa de radio español “La Pizarra de Quintana” a finales del año pasado, Yeray Álvarez – el central del Athletic Club, rival de la Real Sociedad – describió al sueco como uno de sus oponentes más difíciles de enfrentar, dada esa amplia gama de atributos mencionada.

“Por ponerte uno, alguien que me fue muy difícil porque no le conocía fue (Alexander) Isak la primera vez que nos enfrentamos. Es un delantero alto, rápido, tiene mucha técnica, los movimientos que hace los hace en los momentos adecuados… es jodido, es complicado. Ese tipo de delantero es más complicado para mí que uno que busque más el contacto físico”.

Si habrá vida después de la Real Sociedad para Alexander Isak, su siguiente equipo sería idealmente uno con un estilo ofensivo dinámico. Irónicamente, si tiene que haber un reemplazo de Erling Haaland en el Borussia Dortmund, Isak sería una excelente alternativa para el equipo que le fichó y le vendió a la Real Sociedad menos de dos años después. En caso de ser la Premier League, entonces, una reunion con su antiguo compañero Martin Ødegaard en un juvenil Arsenal podría ser algo interesante.

En el frenesí que se avecina para los delanteros asequibles de 23 años o menos, las figuras de Erling Haaland y Kylian Mbappé cobran gran importancia como traspasos que podrían alterar la dinámica del deporte y determinar el rumbo de los grandes títulos. Para las superpotencias que se quedan por fuera, así como los aspirantes en el siguiente nivel, Alexander Isak bien podría ser su próximo movimiento.


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